martes, 8 de noviembre de 2016

3 de noviembre

3 de Noviembre: Separación Panamá de Colombia



Fueron 17 los intentos separatistas panameños después de fundada la colonia, la inquietud independentista nos condujo a la separación de España.  Nuestra vocación de libertad se mantuvo latente durante la época Granadina.
Desmembrada la Gran Colombia quedaron unidos en un débil lazo Panamá y Colombia, unión que no fue posible mantener principalmente por la desidia y abandono del Gobierno Istmeño.
Las raíces históricas de nuestro principal recurso geográfico salieron a relucir ante el trato prepotente del Gobierno de turno que rechazó el Tratado Herrán - Hay y condenaba a Panamá a una vida ya casi tradicional de privaciones.
Los patricios que actuaron en su momento histórico, que ocuparon el puesto en el estadio del tiempo que le tocó vivir, se inspiraron en el tradicional sentimiento nacionalista de los pueblos y reclamaron a la humanidad el derecho natural que la Patria, llamada Panamá tiene reservado en los espacios de los pueblos del mundo, la franja geográfica por donde habría de construirse un canal, es patrimonio de esta nación así lo entendieron los próceres y así lo aceptaron los panameños
Don José Agustín Arango, un varón justo y noble como esos caracteres ejemplares de la historia, que exalta Plutarco en sus "Vidas Paralelas" para lección perenne de civismo a la humanidad, que llevaba en su sangre el amor a la libertad, fue el iniciador, la fuerza viva, del movimiento secesionista de Panamá en 1903.

Junta Revolucionaria

  A fin de impulsar la revolución y para asegurar sus resultados, los señores Don José Agustín Arango y el Dr. Manuel Amador Guerrero, acordaron iniciar en sus planes a otros panameños, de quienes tenían la seguridad que contribuirían, con entusiasmo, en tan noble causa, para organizar con ellos una Junta directora de la revolución, la cual quedó integrada por los siguientes caballeros: Don José Agustín Arango, Dr. Manuel Amador Guerrero, Don Carlos Constantino Arosemena, Don Nicanor A. de Obarrio, Don Ricardo Arias, Don Federico Boyd, Don Tomas Arias y Don Manuel Espinoza B.





El 3 de noviembre de 1903 tuvo lugar la proclamación de la independencia en la ciudad de Panamá, decisión que halló inmediatamente respaldo en el resto del país y los panameños de consumo declararon este territorio como un Estado independiente y soberano con el nombre de la Republica de Panamá. 

La redacción del documento histórico (Acta de Independencia del Istmo), que contiene esta proclamación fue encomendada en la mañana del histórico día 3, por el propio jefe de la revolución, Don José Agustín Arango, a un eminente jurista panameño de figuración destacada en la vida política del país, el Dr. Carlos Antonio Mendoza, prominente figura del Partido Liberal istmeño
La Separación

La unión a Colombia, lejos de contribuir a mejorar las condiciones de vida de los istmeños, las había deteriorado de manera palpable, a lo cual contribuía la devastación producida por la Guerra de los Mil Días, que no era sino la fuente de mayores desgracias para la población de este territorio.
El fusilamiento Victoriano Lorenzo, el caudillo liberal que se negó a aceptar la paz del Wisconsin, sirvió de acicate a la idea de la separación definitiva del Istmo de Panamá.
El 25 de julio de 1903, el general José Vásquez Cobo, comandante militar de Panamá y hermano del entonces ministro de Guerra colombiano, ordenó el asalto de la imprenta que publicaba el periódico El Lápiz, el cual había narrado en detalle el fusilamiento de Lorenzo y había hecho algunas veladas protestas por el suceso.
Este hecho provocó la salida de Cobo de Panamá e hizo que finalmente los liberales panameños se dieran cuenta de que no tenían ninguna garantía ni seguridad bajo el régimen conservador colombiano y se pasaron a las filas de la conspiración secesionista.
Por estas fechas ocurrió otro hecho que selló definitivamente el camino del Istmo hacia su constitución en república: el rechazo del convenio Herrán Hay entre Estados Unidos y Colombia para la construcción de un canal interoceánico por Panamá, en el cual los panameños veían una luz de esperanza para mejorar sus condiciones de vida.
A pesar de los esfuerzos realizados por los senadores panameños Luis De Roux y José Domingo de Obaldía, la mayoría del Senado colombiano votó en contra de este convenio el 12 de agosto de 1903.





  De Obaldía sería eventualmente nombrado gobernador del Istmo, cargo que ya había desempeñado con anterioridad. Como era de esperarse, el nuevo gobernador se sentía inclinado hacia la idea de la separación.

Entretanto, José Agustín Arango, prominente ciudadano y político istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana, para negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal.
La red conspirativa estaba formada, aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero, médico; Nicanor de Obarrio, militar, general del Ejército colombiano y por otros ciudadanos prominentes como Ricardo Arias, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y Manuel Espinosa Batista.
Pero la parte operativa, la de mayor riesgo, le correspondió a Amador Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca de apoyo para el plan. Así mismo, obtuvo en Panamá la adhesión de importantes jefes liberales y el apoyo del comandante militar Esteban Huertas.
Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en marcha del plan separatista para un día no definido del mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región del Calovébora, sobre la costa atlántica panameña.



Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se fraguaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de ese batallón traía, secretamente, instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B.Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo dificultades en desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió mil contratiempos, por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril Transístmico con los conjurados.
Después de muchas excusas y dilaciones, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a Panamá, Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar el recién llegado.
Descabezado el contingente militar colombiano, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La junta revolucionaria procedió entonces sin más dilación, a declarar esa misma tarde, la independencia del Istmo.
Algunos panameños asaltaron las armerías y tomaron las armas, pero no les fue necesario usarlas. Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía.
Una escuadrilla naval anclada en la bahía de Panamá fue conminada a rendirse sin oponer resistencia. Toda la ciudad se encontraba conmocionada y en todos los barrios se escuchaban los vítores a la naciente República de Panamá.

El Consejo Municipal se reunió entonces y proclamó en un acta la voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un Gobierno propio, independiente y soberano, sin la subordinación a Colombia ni a ningún otro país.




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